En este artículo vamos a explicarte la naturaleza de los tipos más frecuentes de gasto, especialmente el suplido, así como los requisitos necesarios para que un gasto pueda entenderse así. Recuerda, si no tienes claro cómo incluir en tu contabilidad estos registros, te conviene consultar a una asesoría experta en gastos empresariales.
Qué es el gasto suplido
Si te preguntas en concreto por el significado de gasto suplido, podríamos decir que es una clase de gasto que consiste en un anticipo a un tercero que, en realidad, corresponde al cliente final. Un profesional o empresa suele servirse de este recurso para agilizar el desarrollo de un proyecto.
Una vez completada la obra, a la hora de facturar el profesional incluye este gasto en la factura que presenta al cliente final, quien se hará cargo de su coste.
Tipos de gastos suplidos
Algunos ejemplos frecuentes de este tipo de gastos son los costes correspondientes a portes, contratación de seguros o pago de tasas, aunque hay muchos escenarios que dependen tanto del tipo de actividad que se ejerce como de la relación con el cliente.
Para que lo veas más claro, vamos a ver los requisitos para considerar un gasto como suplido:
– El gasto debe ser a cuenta del cliente y la factura debe llevar su nombre.
– Se ha de poder justificar el pago; por ello, debe conservarse la factura (a nombre del cliente), de modo que este podrá desgravárselo.
– El cliente ha de estar al tanto del gasto, haberlo autorizado y comprender el objeto de este; es decir, ha de saber para qué es necesario.
En definitiva, un gasto suplido es aquel que se deriva en un tercero. Ahora bien, contabilizar este tipo de gastos tiene su propio procedimiento, por lo que te recomendamos solicitar una sesión de consultoría fiscal y contable para no ser penalizado por la Agencia Tributaria en caso de requerimiento.
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